La calificación es una osificación, es decir un acúmulo de calcio en una zona de nuestro cuerpo donde no debería haber calcio, por ejemplo en los tejidos blandos. Es muy común encontrar calcificaciones en articulaciones de carga, como son la cadera o la rodilla; en articulaciones de compresión; concretamente en la zona de los hombros; y en las articulaciones de tracción, como son los tendones de Aquiles o en la planta del pie.
La calcificación de cadera es una patología muy común en la población, sobre todo en personas mayores de 50-60-70 años, aunque también puede aparecer en edades más tempranas tanto en corredores como en población sedentaria.
Es cierto que suele emplearse el término de calcificación de manera abusiva y para referirse a la sintomatológia, es decir, para indicar donde se encuentra el origen del problema, pero no suele utilizarse correctamente, ya que muchas de ellas son asintomáticas o no aparecen síntomas hasta después de mucho tiempo.
Una vez el tejido elástico, ese colágeno del que se componen las células tendinosas, se estira y se encoje, con el paso del tiempo se van volviendo rígidas y comienza a acumular calcio dando lugar a las calcificaciones. En general, se relaciona con procesos crónicos de tendinopatías que con el tiempo van acumulando calcio. Estas calcificaciones pueden llegar a ser muy duras y, por tanto, dificultar el movimiento hasta limitarlo.
Las personas que padecen dicha afección encuentran el dolor localizado sobre el lateral de la cadera, en el trocánter mayor. El 10-15% de la población general sufre dicha afección. Durante muchos años su diagnóstico ha sido erróneo, ya que se entendía como bursitis trocantérea. Este error de término se debe al haber aproximadamente 20 bursas sinoviales en el área trocantérea, pero debemos saber que sólo el 8% de los pacientes con este síndrome tienen bursitis, y el 20% presenta engrosamiento de la bursa.
Podemos decir que el síndrome del trocánter mayor es una etiqueta que hace referencia a una variedad de diagnósticos crónicos de cadera como la cadera en resorte, o la bursitis trocantérea, aunque la causa principal son las tendinopatías del
glúteo medio y glúteo menor.
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Como hemos comentado, alrededor de la cadera podemos encontrar entre 14 y 21 bursas sinoviales de las que sólo tres son constantes. Éstas son las bursas subglútea menor, subglútea media y subglútea mayor. Entre sus misiones, destaca la acción biomecánica de separar y limitar el rozamiento entre los tendones de la musculatura glútea. Se cree que la inflamación de estas estructuras es la causa del síndrome del trocánter mayor, aunque la existencia de estudios por resonancia magnética de la cadera ha podido comprobar que en estos pacientes se observan lesiones tendinosas.
La calcificación de cadera puede estar causada por:
Como hemos comentado, alrededor de la cadera podemos encontrar entre 14 y 21 bursas sinoviales de las que sólo tres son constantes. Éstas son las bursas subglútea menor, subglútea media y subglútea mayor. Entre sus misiones, destaca la acción biomecánica de separar y limitar el rozamiento entre los tendones de la musculatura glútea. Se cree que la inflamación de estas estructuras es la causa del síndrome del trocánter mayor, aunque la existencia de estudios por resonancia magnética de la cadera ha podido comprobar que en estos pacientes se observan lesiones tendinosas.
La calcificación de cadera puede estar causada por:
La intensidad del dolor es muy variable y las personas con calcificación de cadera lo describen en un 25% a 40% de los casos como punzante o quemante. La forma más
característica de dolor es la extensión de éste desde la región trocantérica a la cara lateral del muslo hasta la rodilla. En la mayoría de los casos la persona afectada localizará su dolor en el muslo, la rodilla o la región lumbosacra lateral.
Los síntomas empeoran fundamentalmente con la marcha que en algunos casos puede estar muy limitada. También es típico que el decúbito lateral sobre la cadera enferma o la aducción prolongada de la misma aumente el dolor.
Entre los síntomas característicos de la calcificación de cadera destacamos los siguientes:
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El tratamiento es variado y en algunas ocasiones cuesta resolver el problema. Se puede recurrir a antinflamatorios, infiltraciones de anestésicos y corticoides (sobre todo si hay bursitis); técnicas de electroterapia y termoterapia; e incluso existen cirugías para intentar romper las calcificaciones. O tratamiento conservador no invasivo con terapia de ondas de choque focales.
Para recomendar el tratamiento más adecuado, es muy importante evaluar el tipo de calcificación de cadera y diagnosticarla mediante ecografía musculo-esquelética para realizar un estudio profundo de la articulación.
En un primer lugar averiguaremos si la calcificación de cadera está afectando a la articulación, ya que en algunos casos el depósito de calcio se produce dentro de la articulación. En el caso de que el especialista nos indique que la calcificación es la causa del dolor la trataremos evitando la cirugía mediante el uso de ondas de choque focales.
Las ondas de choque focales son un sistema muy eficaz que produce una onda focal que se adapta en presión, intensidad, potencia y profundidad, para impactar sobre la calcificación y reducir o incluso eliminar las calcificaciones de cadera más pequeñas. Las ondas de choque focales al ser focalizada apenas producen dolor y consiguen un gran efecto.
