Fascitis plantar

Qué es la fascitis plantar

La fascitis plantar es la inflamación de la fascia plantar, una banda de tejido elástico que va desde el calcáneo en el talón hasta la zona de los dedos. La función de la fascia plantar es muy importante a la hora de caminar, ya que se encarga de absorber y devolver la energía producida cuando el pie impacta contra el suelo. Además también es el encargado de mantener el arco plantar proteger los metatarsianos, evitando un exceso de flexión de los dedos.

Se trata de una lesión muy frecuente entre deportistas, especialmente entre los corredores de larga distancia y los jugadores de baloncesto, ya que al correr y saltar, sus pies están expuesto a un gran número de impactos. Se estima que hasta un 10% de la población puede llegar a sufrir esta lesión.

Entre la población no deportista, se suele presentar más en mujeres, por el mal uso del calzado y los zapatos de tacón.

En cuanto el paciente empiece a notar los primeros síntomas, especialmente el dolor en la zona del talón, los especialistas recomiendan visitar lo antes posible a un profesional, pues se corre el riesgo que si no se trata la fascitis en el momento se pueda cronificar hasta el punto de que el paciente necesite pasar por quirófano para poder volver a la actividad deportiva o por andar de manera normal.

El diagnóstico se hace revisando el historial clínico del paciente, junto con una exploración física. El examen sirve para determinar la fase en la que está la fascitis plantar del paciente. A continuación, el especialista hará un estudio de la pisada, valorando si la inflamación de la fascia está relacionada con su forma de pisar.

Las pruebas diagnósticas que se solicitan más habitualmente son RX en carga del pie y ecografía.

Causas

La causa principal de la fascitis plantar es correr de manera frecuente unido a una mala pisada sobre una superficie dura. Otro motivo bastante frecuente que causa la inflamación de la fascia es tener el pie cavo, pie vago o un exceso de curvatura. Por último, otras posibles causas son: debilidad muscular, mala elección en el calzado (sobre todo con demasiado tacón) o un incremento repentino de la actividad física o de peso.

La causa principal de la fascitis plantar es correr de manera frecuente unido a una mala pisada sobre una superficie dura. Otro motivo bastante frecuente que causa la inflamación de la fascia es tener el pie cavo, pie vago o un exceso de curvatura. Por último, otras posibles causas son: debilidad muscular, mala elección en el calzado (sobre todo con demasiado tacón) o un incremento repentino de la actividad física o de peso.

Síntomas

El principal síntoma de la fascitis es dolor en la zona interna del talón, en la parte que se inserta la fascia plantar. Suele ser más intenso por las mañana, por la rigidez matutina de la fascia, ya que conforme va pasando el día la fascia se va “calentando”. El dolor aparece junto a una inflamación leve, enrojecimiento y sensibilidad en la zona, por lo que aumenta el dolor al palpar.

Antes de que aparezca la fascitis, podemos tomar medidas a modo de prevención. Lo primero que debemos saber es el tipo de pie que tenemos. Para realizar el estudio de la pisada debemos acudir a un especialista.

El objetivo del estudio es saber posibles problemas derivados de la pisada de la persona. Si se detecta cualquier anomalía, lo normal es que nos recomienden el uso de una plantilla personalizada para utilizarla con el calzado. Con esto se busca proteger la estructura del pie y preservar el equilibrio del
cuerpo.

Tratamiento

Lo primero que se buscará con el tratamiento es aliviar la inflamación de la fascia mediante la combinación de antiinflamatorios junto con sesiones de fisioterapia, crioterapia y estiramientos.

Aunque sin duda, el tratamiento más efectivo hoy en día para la fascitis plantar es mediante ondas de choque, especialmente para los casos en el que el paciente sufre una fascitis plantar crónica. Para las personas que llevan un tiempo con el dolor y quieran evitar el quirófano, es el mejor tratamiento por el que pueden optar.

Las principales ventajas del tratamiento de la fascia con ondas de choque son la reducción importante de los tiempos de recuperación y la calidad de la propia recuperación, ya que se produce la regeneración del tejido ligamentoso.

Las ondas de choque en el tendón, ligamentos y otros tejidos blandos estimulan el crecimiento de colágeno y la regeneración del tejido conectivo.

Normalmente entre las 3 y 6 sesiones con ondas de choque se puede empezar a notar una mejoría clara en la fascia. Además debemos saber que el tratamiento es poco doloroso cuando se usa con baja intensidad.