El dolor es una señal de alarma imprescindible para protegernos de lesiones. Sin embargo, cuando se prolonga en el tiempo, deja de tener una función protectora y se convierte en una enfermedad en sí misma. El dolor crónico musculoesquelético es una de las causas más frecuentes de discapacidad y limita de forma importante la calidad de vida, la movilidad y el bienestar emocional de quienes lo padecen.
En este artículo explicamos qué es el dolor crónico musculoesquelético, cuáles son sus causas y cómo se aborda de manera integral desde la Medicina Física y Rehabilitación, con el objetivo de recuperar la funcionalidad y permitir a los pacientes retomar su vida con la menor limitación posible.
¿Qué es el dolor crónico musculoesquelético?
Se considera dolor musculoesquelético crónico aquel localizado en músculos, articulaciones, ligamentos, huesos o tendones, que persiste más allá de 3 meses, incluso después de que la lesión inicial haya sanado. A diferencia del dolor agudo, que es una respuesta normal y limitada en el tiempo, el dolor crónico suele mantenerse o incluso aumentar con ciertos movimientos, posturas o actividades, llegando a interferir de forma significativa en las actividades de la vida diaria.
Este dolor puede ser localizado (como ocurre en la lumbalgia o cervicalgia) o generalizado, como sucede en cuadros de sensibilización central, por ejemplo, en la fibromialgia.
Principales causas y factores asociados
El origen del dolor crónico musculoesquelético es habitualmente multifactorial. No siempre existe una única causa, sino una combinación de factores físicos, mecánicos, psicológicos y sociales. Entre las causas más habituales se incluyen:
- Lesiones mal cicatrizadas (esguinces, fracturas, desgarros musculares)
- Cirugías previas que han dejado secuelas dolorosas, adherencias o cicatrices dolorosas (cicatrices hiperalgésicas)
- Enfermedades degenerativas, como la artrosis o algunas patologías reumatológicas
- Posturas mantenidas o movimientos repetitivos que sobrecargan estructuras musculoesqueléticas
- Estilo de vida sedentario o exceso de peso
- Estrés crónico, ansiedad o estados depresivos
- Alteraciones del sueño y fatiga acumulada
Es clave comprender la estrecha relación entre cuerpo y mente. El dolor persistente puede generar ansiedad, y a su vez, la ansiedad amplifica la percepción del dolor, perpetuando un círculo vicioso que resulta complejo de romper.
Consecuencias de no tratar el dolor crónico
No abordar correctamente el dolor crónico musculoesquelético puede derivar en importantes repercusiones para la salud y la vida diaria:
- Limitación de la movilidad y debilitamiento muscular por evitar el movimiento (kinesiofobia)
- Pérdida de autonomía y dificultad para realizar actividades cotidianas
- Aislamiento social y afectación de la vida laboral
- Dependencia de medicación analgésica o antiinflamatoria, con posibles efectos secundarios a largo plazo
- Alteraciones del estado de ánimo, como irritabilidad, depresión o ansiedad
Por ello, un enfoque precoz e integral es esencial para evitar complicaciones y mejorar el pronóstico funcional.
Abordaje integral desde Medicina Física y Rehabilitación
En Medicina Física y Rehabilitación, el tratamiento del dolor crónico musculoesquelético se basa en un enfoque biopsicosocial y personalizado. El objetivo no es solo aliviar el dolor, sino recuperar la funcionalidad, prevenir recaídas y mejorar la calidad de vida.
Los pilares del tratamiento incluyen:
1. Valoración clínica individualizada
Se realiza una historia clínica y una exploración física detallada, valorando:
- Localización, características y factores desencadenantes del dolor
- Estado funcional y limitaciones en la vida diaria
- Alteraciones en el movimiento y posibles compensaciones posturales
- Factores emocionales asociados, como miedo al movimiento o ansiedad
- Antecedentes médicos y tratamientos previos
Este análisis permite diseñar un plan terapéutico ajustado a cada caso.
2. Ejercicio terapéutico y readaptación funcional
El ejercicio es una herramienta fundamental en el tratamiento del dolor crónico. Bajo supervisión especializada, se prescriben programas individualizados que buscan:
- Activar musculatura debilitada o inhibida por el dolor
- Mejorar la propiocepción y el control motor
- Corregir patrones de movimiento inadecuados
- Aumentar progresivamente la tolerancia al esfuerzo y al movimiento
El objetivo es que el paciente recupere confianza en su cuerpo y supere el miedo al movimiento, recuperando su independencia funcional.
3. Técnicas de modulación del dolor
En el dolor crónico puede existir sensibilización del sistema nervioso, lo que provoca que estímulos normales se perciban como dolorosos (alodinia) o que estímulos dolorosos sean más intensos de lo habitual (hiperalgesia). Para reducir esta sensibilización se aplican técnicas como:
- Ejercicios de exposición gradual al movimiento doloroso
- Técnicas de control respiratorio y relajación muscular
- Educación en neurociencia del dolor para entender el proceso y reducir el miedo
- Estrategias cognitivas y conductuales para manejar el dolor y la ansiedad asociada
Estas intervenciones buscan disminuir la intensidad del dolor y romper el ciclo dolor-ansiedad-evitación.
4. Educación sanitaria y autocontrol
La educación del paciente es clave en el abordaje del dolor crónico. Es importante que la persona comprenda qué es el dolor crónico, cómo funciona y qué puede hacer para manejarlo. La información adecuada ayuda a:
- Reducir el miedo al movimiento
- Mejorar la adherencia al tratamiento
- Prevenir recaídas
- Fomentar la autonomía y el autocontrol
En Medicina Física y Rehabilitación trabajamos para que el paciente sea parte activa de su proceso de recuperación.
Beneficios de un tratamiento integral
Con un abordaje integral y personalizado, la mayoría de los pacientes experimentan:
- Disminución progresiva del dolor
- Mejora de la movilidad y la fuerza muscular
- Recuperación de actividades cotidianas, laborales y sociales
- Reducción del consumo de analgésicos
- Mejora del estado de ánimo y la calidad de vida
Cada caso es diferente, pero el objetivo común es que el dolor deje de condicionar la vida del paciente.
¿Cuándo conviene consultar a un especialista?
Si el dolor persiste más allá de 12 semanas, interfiere en las actividades diarias o laborales, o no responde a los tratamientos habituales, es aconsejable consultar a un especialista en Medicina Física y Rehabilitación. También se recomienda valoración especializada si:
- El dolor impide dormir o afecta significativamente al ánimo
- Existen antecedentes de lesiones musculoesqueléticas importantes
- El paciente se siente frustrado, desanimado o teme moverse por miedo a empeorar
Conclusión
El dolor crónico musculoesquelético es un desafío complejo que requiere un abordaje multidimensional. Desde la Medicina Física y Rehabilitación se combinan estrategias físicas, educativas y psicológicas que permiten reducir el dolor, recuperar la funcionalidad y mejorar la calidad de vida. Con un tratamiento adecuado, vivir sin que el dolor limite cada aspecto de la vida es posible.
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