Dolor musculoesquelético: abordaje integral desde la rehabilitación médica

Dolor musculoesquelético

Una visión global para un problema complejo

El dolor musculoesquelético es una de las causas más frecuentes de consulta médica, con un impacto significativo en la calidad de vida, la movilidad y el estado emocional del paciente. Afecta al sistema locomotor —músculos, articulaciones, tendones, huesos y ligamentos— y puede presentarse en personas activas, sedentarias o con enfermedades previas.

Desde la medicina de rehabilitación, el abordaje va más allá del simple alivio sintomático: se centra en recuperar la función, restablecer el equilibrio corporal y prevenir recaídas.

¿Qué es el dolor musculoesquelético?

Se considera dolor musculoesquelético aquel que se origina en estructuras del aparato locomotor, como músculos, tendones, articulaciones o ligamentos. Puede clasificarse como:
– Agudo: aparece tras una lesión puntual (distensión, traumatismo, esfuerzo súbito).
– Crónico: persiste durante más de 3 meses, muchas veces asociado a alteraciones posturales, enfermedades degenerativas o desequilibrios biomecánicos.

Puede ser localizado (lumbalgia, cervicalgia, tendinitis) o generalizado, como en los síndromes de fatiga crónica o enfermedades reumatológicas.

Causas más frecuentes del dolor musculoesquelético

– Lesiones deportivas o laborales (esguinces, contracturas, roturas fibrilares)
– Sobrecarga funcional o posturas mantenidas
– Artrosis y procesos degenerativos articulares o tendinosos
– Fracturas y secuelas postquirúrgicas
– Enfermedades inflamatorias o reumatológicas
– Trastornos del control motor y la coordinación

Evaluación médica desde la rehabilitación

El primer paso en el abordaje del dolor musculoesquelético es una valoración médica exhaustiva. El médico rehabilitador no solo evalúa la zona afectada, sino el cuerpo en su conjunto:
– Estudio de la postura y los patrones de movimiento
– Análisis de la fuerza, movilidad y coordinación
– Evaluación funcional y marcha
– Detección de compensaciones o desequilibrios musculares

En función del caso, se pueden solicitar pruebas complementarias como radiografías, ecografías musculoesqueléticas, resonancias o estudios neurofisiológicos.

Enfoque terapéutico integral

El tratamiento no se limita a calmar el dolor, sino a recuperar la función perdida y evitar la cronificación. Para ello, se elabora un plan terapéutico adaptado a las características del paciente y al origen funcional del problema.

Principales estrategias:
1. Control médico del dolor
2. Ejercicio terapéutico y reeducación del movimiento
3. Corrección de hábitos posturales y biomecánicos
4. Prevención activa de recaídas

¿Qué es el diagnóstico funcional?

Una de las claves de la medicina rehabilitadora es el diagnóstico funcional: no se limita a identificar una lesión estructural, sino que analiza cómo se comporta el cuerpo ante el movimiento y la carga.

Este tipo de análisis es esencial en casos donde el dolor persiste sin una lesión evidente en pruebas de imagen. El problema no siempre está en lo que se ve, sino en cómo se mueve y compensa el cuerpo.

Dolor musculoesquelético y calidad de vida

El dolor musculoesquelético puede tener efectos que van más allá de lo físico:
– Trastornos del sueño
– Ansiedad, irritabilidad o desmotivación
– Dificultades en el trabajo o la vida social
– Sedentarismo progresivo
– Dependencia de fármacos

En casos de dolor crónico, puede desarrollarse un síndrome de sensibilización central, donde el sistema nervioso amplifica las señales de dolor.

Rehabilitación médica y tecnología aplicada

La medicina de rehabilitación incorpora actualmente tecnologías avanzadas para el diagnóstico y tratamiento:
– Ecografía musculoesquelética funcional
– Electromiografía de superficie (EMG)
– Sistemas de análisis del movimiento y plataformas de fuerza
– Biofeedback y terapias físicas específicas (TENS, ultrasonido, etc.)

La prevención como base

Buena parte del dolor musculoesquelético puede prevenirse con cambios sencillos pero eficaces:
– Higiene postural en el trabajo y en casa
– Ejercicio físico regular adaptado
– Fortalecimiento equilibrado del sistema muscular
– Pausas activas en jornadas prolongadas
– Consulta médica precoz ante las primeras molestias

Conclusión

El dolor musculoesquelético no debe asumirse como una consecuencia inevitable del trabajo o la edad. Con un diagnóstico adecuado, un enfoque funcional y un tratamiento médico personalizado, es posible recuperar el movimiento, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida.

Desde la rehabilitación médica, se acompaña al paciente en todo el proceso de recuperación, con una visión integral que busca restaurar la funcionalidad, prevenir nuevas lesiones y favorecer una vida activa, autónoma y sin dolor crónico.

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