Introducción
La rehabilitación tras fractura es una fase clave en el proceso de recuperación de cualquier paciente que ha sufrido una rotura ósea. Más allá de la consolidación del hueso, una fractura puede provocar dolor persistente, rigidez articular, pérdida de fuerza muscular y limitaciones importantes en la vida diaria si no se aborda de forma adecuada.
Desde la medicina rehabilitadora, el objetivo no es únicamente que el hueso cicatrice, sino recuperar la función, la movilidad y la autonomía del paciente. Una intervención precoz y bien planificada marca la diferencia entre una recuperación completa y la aparición de secuelas a largo plazo.
¿Qué ocurre tras una fractura?
Cuando se produce una fractura, el organismo inicia un proceso biológico de reparación ósea. Durante este periodo, es frecuente que el paciente deba mantener la zona inmovilizada, lo que puede generar:
– Rigidez articular
– Pérdida de masa muscular
– Alteraciones de la movilidad
Papel del médico rehabilitador
El médico rehabilitador es el especialista encargado de coordinar el proceso de recuperación funcional tras una fractura. Su labor comienza con una valoración funcional completa y continúa con el diseño de un plan de tratamiento individualizado, adaptado al tipo de fractura, estado general del paciente y su contexto funcional.
¿Cuándo iniciar la rehabilitación?
El inicio debe estar siempre supervisado por un médico y adaptarse al momento clínico. Una intervención precoz bien indicada permite:
– Reducir la rigidez
– Acelerar la recuperación funcional
– Prevenir complicaciones
Rehabilitación según la localización de la fractura
Extremidades superiores:
– Fracturas de hombro, brazo, antebrazo o muñeca
– Enfocada en recuperar movilidad, fuerza, coordinación y funcionalidad manual
Extremidades inferiores:
– Fracturas de cadera, fémur, tibia o tobillo
– Afectan la marcha y la autonomía personal
– Se trabaja la reeducación de la marcha, equilibrio y tolerancia a la carga
Fracturas vertebrales:
– Suelen provocar dolor intenso, hipomovilidad y alteraciones posturales
– Objetivo: controlar el dolor, prevenir deformidades y recuperar la funcionalidad axial
Prevención de secuelas
El tratamiento rehabilitador adecuado reduce el riesgo de:
– Dolor crónico
– Rigidez persistente
– Pérdida de fuerza
– Inseguridad o temor al movimiento
El seguimiento médico y la planificación individualizada son esenciales.
Conclusión
La rehabilitación tras fractura es una parte esencial del tratamiento médico global. Desde la medicina física y rehabilitación, se acompaña al paciente en la recuperación funcional, el alivio del dolor y la prevención de complicaciones, con el objetivo final de restaurar su calidad de vida y autonomía.


